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Mostrando las entradas etiquetadas como consumidores

El turmix de la locura

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  Hasta el moño del dichoso Black Friday. Así de contundente y breve resumo el estado de hartazgo que me recorre por el cuerpo y me hiere el alma tras el bombardeo incesante, por tierra, mar y aire, por prensa escrita, televisión, radio y redes sociales, de esta enésima ocurrencia consumista que nos invade desde el más allá y que nosotros, tras haber sacado las oportunas conclusiones de la época de confinamiento pandémico, nos ha conllevado a dejar de lado la austeridad de la que tanto alardeábamos para, en un pis-pas, echarnos en brazos del más ferviente consumismo. Nos da lo mismo, si la fiebre consumista proviene de los malignos yanquis, en los que todos nos ciscamos habitualmente, o si la fiebre viene de los siempre inquietantes chinos, vía single day, el día de los solteros. La cuestión es consumir a dos manos y omnicanalmente (como verán, uno ya va dominando el lenguaje de los entendidos del retail), tanto presencial como digitalmente. Clic a clic, pedimos a lo loco

La casa de Yolanda

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  Yolanda Díaz, la ministra de Trabajo y Economía Social, además de trastocarme el tema que pretendía abordar esta semana, me ha demostrado que tiene un magnífico olfato político. Ella, además de su acción institucional, se dedica en cuerpo y alma a la noble tarea de sumar gente para su causa, que no es otra que la plataforma política llamada SUMAR. Ella, deseosa de sumar a su plataforma a todos los progresistas de la faz de la tierra que se autoubiquen a la izquierda del PSOE, sabedora que el propio presidente, Pedro Sánchez, está en “modo mitin” y aprovechando que el ministro del agro, mi amigo Luis Planas, se halla inmerso en su sempiterna siesta, se saca de la chistera la propuesta de establecer límites superiores al precio de venta al público, PVP, al menos, de unas pocas decenas de productos básicos, principalmente, alimentos. La primera cuestión que me surge es, esta propuesta, o debate-trampa como diría el ínclito Mayor Oreja, ¿es una iniciativa particular de esta ministra,

Buenos y Malos

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  El futuro del parque natural de Doñana, con motivo de un plan autonómico para ampliar las zonas de regadío en sus inmediaciones, al parecer, según leo en el diario EL PAÍS, llega hasta las entrañas europeas y alcanza de pleno al consumidor centroeuropeo quien, a través de diferentes cadenas de distribución, amenaza con cortar todas las compras de dicha zona si se ejecutan esas ampliaciones que, según los ecologistas, dañarán los humedales y los acuíferos subterráneos que los alimentan. Es la plasmación, nos guste o no, evidente y patente, del poder que tienen, tenemos, los consumidores con nuestros actos de compra que efectuamos en el día a día. En los actos públicos suelo referirme a ello y aludo al poder del consumidor, que, con su acto de compra, con sólo alargar el brazo y elegir, uno u otro producto, está ejecutando de forma directa y eficaz, política agraria. Si opta por unos productos de calidad, amparados por marcas de calidad (denominaciones de origen, IGP, etc.), produc

Los listos

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  Quizás sea al único que le ocurre, pero les tengo que reconocer que, estas costumbres importadas, que no se caracterizan precisamente por hacernos mejores personas, si no única y exclusivamente como impulso al consumismo desenfrenado, me dan, más que pereza, dolor de tripas. Dolor por que, aunque los grandes estudios de opinión destaquen, de forma reiterada, que la cuestión medioambiental y que la lucha contra el cambio climático es una de las prioridades de la ciudadanía, a la postre, me doy cuenta, o al menos así lo percibo yo, que esa sensibilidad o preocupación manifiesta dura lo que tarda en apagar la grabadora el encuestador. De otra forma, no hay modo de entender la locura del dichoso Black Friday que nos acosa por tierra, mar y aire con ofertones sobre las mayores chorradas que podamos imaginar y lo que es peor, los consumidores, al menos, muchos de nosotros, picamos en el anzuelo. Dolor, igualmente, el que me genera que centros comerciales como Garbera en Donostia sigan

La sonrisa de Greta

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No sé si a usted le ocurre lo mismo pero uno llega a vísperas navideñas, más que harto, de ver desde mediados del mes de octubre, fin de semana fin de semana viene, películas ñoñas de ambiente navideño donde el omnipresente santa claus aparece y desaparece y donde los amores y desamores de parejas y familias son milagrosamente reconducidas por el personaje rechoncho y barbudo, ataviado con su infalible traje rojo y al mando de un trineo tirado por renos. Las películas, ñoñas y bobaliconas a más no poder, son magnífica compañía para la siesta que uno echa en su sillón preferido pero les advierto que dichas películas (quizás sea mucho llamarlas así) de lo empalagosas que son que hasta resultan peligrosas para diabéticos. Por cierto, me llama poderosamente la atención que esta invasión de “santas“s sea tan sumisamente aceptada por el público en general y que no opongamos el más mínimo reparo hacia este sibilino tipo de colonialismo yanqui. Tal es el colonialismo y tal es el

Cuestión de Tiempo

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En un mundo cada vez más concienciado con el problemón del cambio climático y donde el transporte de mercancías, personas y bienes es uno de los grandes causantes del problema en cuestión, alucino en colores al ver el anuncio televisivo de una app que alardea de la sencillez (y bajo coste) con el que puedes revender prendas y/o objetos y así que unos pantalones que llevas 2 años sin ponértelos, los puedas revender a un cliente que, por ejemplo, se encuentre a las afueras de Berlín. Algo similar me ocurre cuando en algunas ciudades observo repartidores de alimentos, platos precocinados, etc. que recorren a toda mecha las calles llevando su mercancía desde el establecimiento original hasta el domicilio particular de uno. Moteros y bicicleteros que se juegan el cuello al tener que entregar, pongamos, un tupper de ensalada porque, al parecer, el consumidor de marras no tiene tiempo para juntar unas tristes hojas de lechuga con algo de tomate y cebolla. En uno y otro ca

Una chapa para cambiar de chip

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Les pongo en antecedentes. En Euskadi, aprovechando que el día 3 de Diciembre se celebra el día del Euskara (lengua vasca), se ha impulsado una iniciativa llamada Euskaraldia (tiempo del euskara) cuyo objetivo es impulsar el uso del euskara en nuestra cotidianeidad intentando que cada uno de nosotros superemos las inercias que nos llevan, por el motivo que sea, a arrinconar nuestra lengua y optar por la del Imperio. Las 200.000 personas que nos hemos adherido a esta iniciativa hemos podido hacerlo bien como Ahobizi (persona que domina el euskara y se compromete proactivamente a utilizarla) o como Belarriprest (gente que entiende el euskara y que quieren los vascoparlantes que se les dirijan en esta lengua) y yo, les informo, me he inscrito como Ahobizi. Después de reflexionarlo mucho y con mis dudas sobre mi grado de compromiso. Cada uno de nosotros va por la calle con su correspondiente chapa en la solapa y les tengo que reconocer que si bien colocarse la chapa es realm

Lo tienes crudo

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Cuando yo era pequeño, realmente hace bastante, mi madre me mandaba a por leche al caserío Ajobin donde Periko ordeñaba sus pocas vacas y su hermana Maritxu me llenaba la marmita que, alguna que otra vez, no llegaba íntegra al destino final. Nada más llegar a casa, unos 300 metros escasos, mi madre la hervía y tras ello, si estaba de humor, hacía unas pastas con la nata que la verdad sea dicha y si la memoria no me engaña, estaban de rechupete. Ahora, la leche cruda ha vuelto al “candelabro” que decía aquella y tras la reciente aprobación por parte de la Generalitat catalana del Decreto que autoriza la venta directa de leche cruda de vaca en Catalunya se ha montado tal revuelo que, cómo es lógico, ha atraído al río revuelto a todo tipo de pescadores, pescadores que se acercan de forma desinteresada y bienintencionados pero también otros muchos pescadores que se acercan al revoltijo para medrar y acercar el ascua a su sardina. Me explico, mientras la Generalitat ha apro

Si defraudas eres la leche

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Dicen que el futbol sustituye al circo en lo que a entretenimiento del vulgo se refiere y mucho me temo que la frase no anda errada si nos atenemos a la situación de estos días donde el país se paraliza frente al televisor para seguir las proezas de los nuevos héroes e el mundial proyectado a honra de Putin. A mí, personalmente, el futbol no me atrae lo más mínimo, sólo veo los partidos en que juega mi hijo, y además, estos últimos días ando algo enfadado al comprobar las proezas de Cristiano Ronaldo y que en este país, donde un ministro se ha visto obligado a dimitir (en mi opinión, no tenía otra alternativa posible) tras conocerse que fue sentenciado a pagar a la Agencia Tributaria un total de 365.939 euros por utilizar una empresa interpuesta para pagar menos impuestos entre 2006 y 2008, en esas mismas fechas, un futbolista como CR7 ha propuesto a la Abogacía del Estado aceptar una condena de dos años de prisión y el pago de una multa de 18,8 millones de euros para así, c

El ojo del amo, engorda al caballo

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La vida está llena de casualidades donde diversos temas y cuestiones que te llegan desde diferentes rincones y recovecos de la vida, se arrejuntan y coinciden apretando nuestra materia gris hasta exprimirla y dar su consiguiente fruto. En esas estamos cuando llega a mis manos un libreto, editado por la Asociación de Concejos de Álava (ACOA) titulado “Atzo eta gaur, una mirada al ayer y al hoy del comercio-servicios en nuestros concejos alaveses” y cuando me siento a leerlo, comienzo conociendo la historia de la abuela Andresa de Zalduondo que debió ser el alma de la tienda y el bar de Zalduondo, por cierto, un negocio que permaneció abierto de 1912 a 1980 por el trabajo de tres generaciones. Como decía, las casualidades jalonan la vida diaria y es en este momento, nada más comenzar a conocer la vida de Andresa cuando me llega la fatal noticia de la muerte de Kaxilda Lopetegi, nuestra Andresa de Legorreta, que liándose la manta a la cabeza, no siendo suficiente con la tarea de sa

La culpa, una vez más, de los vascos

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No podía ser de otro modo, tenía que ser un vasco, pensará más de uno  al conocer que el video que ha provocado la caída de la señora Cifuentes es un vídeo grabado en un centro comercial de EROSKI y hasta quizás alguno querrá rescatar la campaña de boicot a la firma vasca que promovieron hace unos años con el fin de dañar a todo lo vasco, creyendo, queriendo creer mejor dicho, que los males que afectan al Partido Popular son culpa de agentes externos y sin caer en la cuenta que, para hundirse, ya se valen ellos solos y sus fraternales navajazos. No obstante, confío que mis lectores estatales sepan captar mi ironía y no se vuelvan locos resucitando el boicot que nunca debió impulsarse. Ni EROSKI ni nadie se merece una medida de ese calibre y más si tenemos en cuenta la inutilidad de ese tipo de actuaciones. Pues bien, refiriéndome a empresas distribuidoras vascas, esta semana asistí en la magnífica bodega de txakoli Katxina de Orio al primer Foro KM 0 de la firma irunesa UVESCO q

155 ejemplos de desconexión

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Si usted está hablando conmigo más de 2 minutos y observa que desvió mi mirada hacia otro sitio o persona, le informo que su interlocutor, ósea yo, ya ha desconectado y se encuentra, por mucho que le siga mirando con una sonrisa entre bobalicona y ausente, en su planeta galleta particular cavilando sobre otros asuntos, la mayoría de las veces, bastante más triviales que las suyos. Mi mujer se queda asombrada de la capacidad que tengo para desconectar del mundo que me rodea y quizás sea esta característica (dejo a su criterio si esta característica mía es problema o virtud) la que me permite sobrevivir en este complicado mundo que nos rodea y que nos atosiga con la avalancha de des-información mediática y tanto tuit, mensajito, guaxap y demás gilipolleces. Pues bien, estos días ando perplejo puesto que la característica de desconectar que me atribuye mi mujer, es una característica que abunda en otras muchas personas y facetas y así, observo con preocupación la total desc