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Mostrando las entradas etiquetadas como agroalimentario

Los nuevos ricos

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  Hace unos años, coincidiendo con mi época de alcalde en Legorreta, vivimos un curioso fenómeno en el pueblo con unos contenedores de basura que, de motu propio, por la noche, se movían de un lado a otro. Al parecer había vecinos que, molestos por el olor que despedían, optaban por alejarlos hasta unos puntos más lejanos. Conscientes de la problemática, decidimos alejar notablemente los contenedores de esos puntos, al parecer, molestos y los desplazamos hacia zonas menos pobladas. Inmediatamente comprobamos que esta solución tampoco les satisfacía dado que consideraban que, con la nueva ubicación, estaban demasiado lejos para el momento en que había que depositar la bolsa de basura. Al parecer este fenómeno, tal y como leo en el prometedor libro que acabo de comenzar, Ciudades Hambrientas de la arquitecta Carolyn Steel, se denomina NIMBY que significa “Not in my back yard” (No en mi patio trasero) y se utiliza para ilustrar ese fenómeno, cada vez más habitual en nuestra sociedad m

Pesimismo

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Les tengo que reconocer que no llevo una buena temporada. Los datos y los comentarios que me llegan de aquí y de allá no son nada halagüeños y consecuentemente, por mucho que uno se empeñe en ser un optimista empedernido, la moral se resiente. La semana pasada di cuenta de los inquietantes datos sobre la brecha salarial o de rentabilidad que el campo tiene para con el conjunto de la economía (un 30% menos si contamos las ayudas europeas y un 65% en ausencia de las mismas) y si bien, cuando se manejan datos estadísticos, uno debe ser precavido y consciente que las estadísticas reflejan medias que dejan en la sombra numerosas realidades particulares, me ha llamado la atención sobremanera que los datos hayan causado una gran sorpresa en mucha gente y particularmente, entre personas con responsabilidades sectoriales tanto privadas como públicas. Uno que ya lleva bastantes años vinculado a la cuestión, sin necesidad de grandes datos estadísticos pero con datos económicos particular

Incoherencia plastificada

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Sorpresa, cuando no indignación, es el sentimiento que me aflora cada vez que veo en algunos comercios, sobretodo en esos puntos mal llamados comercios de oportunidad, una pieza de fruta embolsada o embandejada con su consiguiente cierre plastificado. Incluso, he podido ver en redes sociales, una naranja pelada que viene en su envase plástico donde, obviamente, se alude a su facilidad de consumo al no tener que ser pelada. Por ello, no me extraña nada y comulgo plenamente con la impactante campaña “Cero Plástico” impulsada esta semana última por diversas entidades y colectivos conservacionistas con la que pretenden concienciar a la sociedad de las perniciosas consecuencias que tiene nuestra desaforada utilización de plásticos de un único uso y consecuentemente, reducir el uso de dichos plásticos. Al ver las terribles imágenes de playas y océanos anegados de plástico se nos encoge el alma, dos minutos a lo máximo, y rápidamente cambiamos de cadena o noticia puesto que esta

Ojo Avizor

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El sector agroalimentario vasco respira aliviado al conocer que la cadena de distribución EROSKI ha alcanzado un acuerdo con la banca para refinanciar su deuda, al menos con aquellas que suponen más del 75% de su deuda a refinanciar que asciende a un importe aproximado de 1.540 millones de euros. Este acuerdo despeja su horizonte financiero hasta el 31 de julio de 2024 y supone, en vísperas de su celebración del 50 aniversario, un chute de confianza para los miles de trabajadores que emplea la cadena pero también supone un horizonte de estabilidad y esperanza para sus miles de proveedores entre lo que se encuentran cientos de empresas agroalimentarias y baserritarras particulares y cooperativas que proveen de verduras, legumbres, carne, leche, sidra, txakoli, queso, etc. y que tienen en la cadena cooperativa, además de un cliente, un aliado para su viabilidad. Por todo ello, no queda más que alegrarse de dicha noticia porque para criticarle, ya surgirán ocasiones pero

Camino Soria

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Todos aquellos que tenemos hijos/as en edad preadolescente estamos estos días inmersos en plena vorágine de exámenes y con el ambiente familiar ciertamente tenso, por decirlo finamente, porque en la actualidad, no como le ocurría a mis padres, las tareas escolares y los exámenes ya no son cuestión exclusiva de los directamente afectados sino de la familia al completo. Quizás el pasotismo supino de mis padres para con mis estudios sería algo extremo pero no me negarán que, lo de ahora, pasa de castaño oscuro. Eso sí, lo que no ha cambiado es la antigua cantinela que atribuye a los profesores el suspenso mientras el aprobado es mérito, único y exclusivo, del estudiante. Algo parecido ocurre, eso sí, a escala más grande, en la economía general, al menos en un estado tan peculiar como el nuestro donde las entidades financieras que se ufanaban de su carácter privado y empresarial mientras ganaban dinero a espuertas, en el momento en que vinieron mal dadas, fueron rescatadas por el

El brillo de la agricultura del PIB

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Leo que las autoridades europeas tras un ataque, por tierra, mar y aire, orquestado y protagonizado armónicamente por instituciones y agentes agrarios españoles están dispuestas a modificar su definición de pastos para posibilitar la inclusión de la dehesa y del monte mediterráneo. Cuentan, los que pasillean por el Parlamento Europeo y de la Comisión Europea, que la aprobación del dictamen sobre el llamado Reglamento Ómnibus sobre la Revisión del actual Marco Financiero Plurianual que afecta a numerosos reglamentos comunitarios, entre ellos los reglamentos relativos a la PAC, supone un paso importante para lograr mejoras en el actual marco regulatorio de la PAC, sin tener que esperar a una reforma de la PAC, que se anuncia para más adelante. Una de estas mejoras necesarias era la inclusión de la dehesa y el monte mediterráneo en la denominación de superficies de pasto permanente. Con esta decisión el ecosistema productivo ganadero del sur de la piel de toro dejará de

El patrioterismo agroalimentario

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Hoy, domingo de resurrección, Aberri Eguna, se celebra la fiesta de la Patria Vasca y  mientras unos exaltarán las bondades de una nación vasca con capacidad plena para  decidir su propio futuro, los otros, ningunearán dichas reivindicaciones (como si la  unidad de España importase a alguien) apelando que el principal quebradero de cabeza  de los vascos es el paro y la crisis económica. Uno y otro entran dentro del guión  prestablecido del calendario político y los ciudadanos, nos amoldamos y adaptamos  nuestro quehacer a la parte de la misa que nos gusta y, al mismo tiempo, desechamos la  que no nos gusta. Yo, particularmente, este año, para cuando usted lea estas líneas andaré paseando a mi  padre, enfermo de alzheimer desde hace bastantes años y celebraremos el día, con una  sencilla comida que redondearemos con un brindis y un ¡Gora Euskadi Askatuta!, tras el  cual, mi padre se envalentonará y nos amenizará la sobremesa con cánticos patrióticos  mezclado