La lista de mi mujer



Me tengo que enterar quién es el gurú publicitario de la banda Hazteoir.org porque, sin entrar en el meollo del debate sobre las burradas que estos ultras difunden, hay que reconocerle la eficacia de la campañita de marras ya que, sin haber arrancado el motor del autobús, todo quisqui conoce que existe una asociación de ultracatólicos que se llama Hazteoir.org, hasta entonces desconocida para la mayoría de los mortales, y que dicha asociación pretendía impulsar una campaña de la que, obviamente, visto el éxito propagandístico del follón mediático organizado, deberán descontar la partida destinada al combustible porque, queriendo o sin quererlo, todo Dios (nunca mejor empleado) se ha enterado de su mensaje y además, como decía, sin siquiera arrancar el motor del autobús.

Una vez que logre el móvil del gurú en cuestión se lo voy a pasar a los responsables del sector lácteo en su conjunto (productores, cooperativas, industriales, etc) para que promuevan una campaña, cuando menos tan exitosa como la del autobús, para promover el consumo de la leche porque como se podrán imaginar el consumo de la leche desciende, lenta pero imparablemente y así , tomando como referencia los últimos datos aportados por la Interprofesional Láctea (INLAC), podemos constatar cómo el consumo de leche ha descendido un 4,3% en el periodo 2011-2015 pasando de lo 3.419 millones de litros de 2011 a los 3.271 de 2015 y si acercamos la lupa, para más INRI, comprobamos que mientras la desnatada y la semidesnatada suben un 1% y un 2,7% respectivamente, por el contrario la leche entera bajó un 17,1%. En Euskadi la cuestión es igual de preocupante y así tenemos que consumimos 155.899 litros y un consumo per cápita de 77,7 litros /año por lo que nos situamos en el undécimo puesto de un total de 17 comunidades autónomas.

La verdad sea dicha los datos no me extrañan nada y se ajustan a lo que perciben mis pituitarias ya que en mi entorno es bastante habitual que todo aquel que se vea aquejado de dolor de tripas, estreñimiento, dolores musculares o cualquier chorrada acabe aconsejado por su naturista, homeópata o medico para que deje de consumir leche de vaca y se les reorienta hacia leches sin lactosa o, lo que es peor, hacia otras bebidas vegetales que ilegalmente son comercializadas como leche de soja, almendras y sursuncordas. Por ello, es de agradecer el oportuno acto promovido por Albaitaritza en Iruñea-Pamplona donde médicos, nutricionistas y deportistas subrayaron la importancia de consumir leche, entera y pasteurizada a poder ser, para mejorar nuestra alimentación y con ello, nuestra salud.

También les voy a pasar el móvil del gurú de los del autobús a los de la megagranja de Soria, ...



sí la dichosa granja de las 20.000 vacas, porque por mucho que se empeñen sus promotores, navarros para nuestro pesar, ellos son bien conscientes que la sociedad actual es radicalmente contraria a ese modelo de megaexplotaciones industriales -no hay más que ver el rechazo cosechado en las redes sociales por un proyecto similar en China olas movilizaciones francesas en contra de granjas de más de 1.000 vacas lecheras- y que los consumidores, altamente sensibilizados por el medio ambiente, por el bienestar animal y otras cuestiones, rechazan frontalmente que sus alimentos sean producidos en este tipo de industrias. Como no me chupo el dedo, soy consciente que no todos los consumidores piensan así y que los promotores del megaproyecto fían su suerte a un consumidor cuyo único motivo de compra sea el precio, ahora bien, la creciente sensibilidad de los otros consumidores y la más mínima campaña en contra de esa leche y los productos lácteos provenientes de allí, creo – y espero- será suficiente motivo para que las industrias lácteas y las cadenas distribuidoras españolas se nieguen a comercializarlas.

La megagranja, en mi opinión, no la paralizarán ni las quejas de los políticos ni las protestas de ganaderos y organizaciones agrarias sino el rechazo del consumidor final y consiguientemente, el desinterés de la industria y distribución por poner en el mercado un producto que genere rechazo en el consumidor final, ósea, en el jefe como dicen los de Mercadona. Dicho lo dicho, no me queda más remedio que pasarles también el teléfono del gurú a los contrarios a la megagranja para que, bajo su acertada dirección, dirijan los dardos hacia el consumidor y no tanto, hacia políticos y demás entidades.

Como observarán, el gurú se va a poner las botas con todos los clientes que le voy a mandar por lo que me voy a poner en contacto con él para pedirle una comisión por mi labor intercesora. Mejor pensado, no lo voy a hacer, seguro que me pillan cobrando la comisión y yo no voy poder pasarle el muerto a mi esposa que, al contrario que otras, no tiene un pelo de tonta y se entera de todo.

Xabier Iraola Agirrezabala

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